Estamos en un momento en que coincidimos más de lo que creemos.Hay muchas voces que piden ser escuchadas, movimientos ciudadanos, corrientes dentro de los partidos, las bases de los partidos y personas que de forma individual también tienen mucho que decir.
El denominador común, ser escuchados, tenidos en cuenta.
No debemos olvidar que nadie tiene la verdad total de su parte, y que lo que decimos u opinamos, no tiene que ser impuesto por nadie ni a nadie.
El ejercicio de escuchar para saber que ocurre , para tener la información necesaria que nos debe hacer movernos en un sentido o en otro, debe ser en todas direcciones.
Porque las peticiones de miles de ciudadanos no son peticiones que han nacido de un día para otro. Son peticiones que pequeños grupos de personas, de forma individual, o dentro de las organizaciones políticas y cívicas, llevan años realizando pero nadie escuchaba. Ni los grandes líderes , pero tampoco esas personas que ahora sí, se suman a esas peticiones. Ahora si vemos de forma clara y muy dura, debido a una crisis que abarca casi todos los campos de la convivencia, que es necesario cambiar algo o todo, eso debemos descubrirlo entre todos.
Por ello estas peticiones no deben ser excluyentes, al contrario, deben sumar. Creer que un ciudadano por ser de un grupo u otro le excluye es todo un error. Generalizar tanto en un sentido como en otro, es el preludio de una derrota de la esperanza del cambio.
Lo importante es que no sea un movimiento pasajero para la mayoría. Para una minoría hace años que es todo un compromiso, intentando los cambios desde el interior. Es necesario que el movimiento multitudinario se mentalice que debe ser un camino sereno pero sin pausa. Donde se deben tender puentes y realizar acciones conjuntas , de nada servirá el " váyase usted para ponerme yo". Mucho menos si creemos que tenemos bastante con manifestarnos dos veces al mes.
Hace falta tener claro que debe ser una aportación contínua, una ayuda de todos para todos. Grupos de personas llevan años buscando esa ayuda y no la han encontrado , convocando a personas a aportar ideas. Es el momento de que todos y todas se mentalicen que esa colaboración no pasa por el clientelismo en que la inmensa mayoría estaba anclada.
Pidamos cambios, pero no olvidemos que ese cambio debe ser a todos los niveles, los dirigentes desde su posición hasta los ciudadanos de a pie.
No consigue más en que más grita, sino el que más trabaja de forma individual por un objetivo común.
