lunes, 9 de marzo de 2015

El día sin causa



Hoy, como ayer, como mañana y como cada día del año, será el día de alguna celebración, de algún recordatorio.

Y no es que me parezca mal que se recuerden en un día especial, es como cuando celebramos el cumpleaños. No debemos ser felices solo el día del cumpleaños sino, todos y cada uno de los días. 

Pues lo mismo deberíamos hacer con las diferentes causas que recordamos en un día concreto del año, y luchar porque desapareciera la necesidad de definir un día para que sea visible esa causa concreta.

Que no hiciera falta recordar las desigualdades de género, o la violencia de género, o la necesidad de que se investiguen enfermedades denominadas raras porque afectan a un porcentaje pequeño de personas, pero que a la persona que afecta no es pequeño, es todo su mundo.

El mayor logro sería ir viendo como desaparecen, celebraciones de estos días del calendario pero, no por el olvido o el desanimo, sino porque es un problema solucionado

Pero para ello se necesita que las personas, los organismos públicos y privados, la sociedad entera, como conjunto pero sobre todo individualmente, quisiera eliminar la causa que provoca esa necesidad de hacer visible diferentes problemas. No solo participar un solo  día al año, a modo de limpieza de la conciencia colectiva por no hacer más, sino una implicación activa real y continuada.

Ojalá lleguemos a ver la celebración del día sin causa, porque ya no quedan temas pendientes tan graves, porque ya no hay tantas causas necesitadas de ser recordadas como para situar uno en cada día del año.

Ese día si será un gran día de celebración.

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