Fotos con narcos, nuevos datos de
herencias, informaciones de implicados o imputados en diferentes tramas…
Mirando los titulares de los
periódicos parece que no avanzamos en la “limpieza” de un sistema manchado por
aprovechados a todos los niveles.
La ciudadanía pide, reclama,
exige, que haya avances en esa “limpieza”. Exigimos que haya un cambio porque a
pesar de todo y de muchos, debemos seguir viviendo. Quienes proclaman la
ruptura del todo, sin exponer como se vive el siguiente día de la destrucción
de todo lo conseguido, lo que hacen es proclamar la imposibilidad de seguir
adelante.
Me niego a pensar que no hay
solución, un futuro diferente. No hay solución fácil, eso si lo pienso. Pero
hay solución. Existe la posibilidad al cambio, y muchas personas están
trabajando en ese objetivo.
Siempre es más vistoso, desde el
punto de vista de la noticia impactante y vende más, el caos, el robo, el
aprovechamiento ilegal o en algunos casos alegal desde un punto de vista formal
pero igualmente reprochable, desde un punto de vista ético.
Las iniciativas ciudadanas, los
movimientos de personas dentro y fuera de las organizaciones cívicas, políticas, sindicales, culturales, buscan ese
futuro más claro.
Pensar que una organización, la
que sea, está libre de todo aprovechamiento por parte de algún componente en algún momento de la historia, es
simplemente fanatismo. Si hubo actuaciones ilegales, sea en el seno de la
organización que sea, facilitado por su posición personal dentro o por la posición de esa organización en la sociedad, no
cabe más que el pago de su acción frente
a la sociedad, en la medida que sea justa.
Pero eso no quiere decir que
todas las personas que pertenecen o
pertenecieron a dicho colectivo sean de la misma calaña. En realidad las
personas del colectivo que mantuvieron a estos presuntos “avispados”, son los
primeros engañados.
Y lo fácil es caer en el desanimo
colectivo porque parece que no se avanza. Pero no es así, al contrario, ya el
hecho que aparezcan los datos, es un cambio. Años sin esos datos, sin esa información
expuesta a la luz pública, era el continuismo que se está rompiendo. Una parte
está funcionando, la que debe destapar
las ilegalidades o las presuntas ilegalidades que deben ser investigadas
y depuradas responsabilidades si no son conforme a derecho.
Escudriñando las noticias,
podemos comprobar algunos avances, ¿mínimos?, tal vez, pero avances.
Podemos encontrar que una petición
de la sociedad para sentirse representados en las instancias que nos gobiernan,
está siendo recogida por un partido político. El PSC ya tiene su borrador para
realizar primarias con la participación no solo de los militantes de un
partido.
Un juez reconoce el derecho a
la devolución del deposito de una persona
en productos bancarios que con una información adecuada, jamás hubiera adquirido.
Colectivos que participan en los
desahucios se han negado a seguir participando y en varios ayuntamientos como
en el caso de Cornellà de Llobregat, se ponen en marcha oficinas para mediar en
desahucios de personas, porque no olvidemos que lo que está ocurriendo no es
que bancos se quedan con propiedades inmobiliarias sino que, bancos se están
quedando con el futuro de personas, con sus vidas.
Claro que es poco aún lo
conseguido pero, por eso mismo debemos continuar. La presión, las acciones, de
las personas están consiguiendo resultados. Es como cuando empujamos un carro,
hay un empuje que parece que no consigue el movimiento de las ruedas. En un
momento dado por las fuerza de ese empuje, se mueve un poco el carro, se ha
vencido esa primera resistencia. Pero el error en ese momento es dejar de
empujar, pues se volvería a parar necesitando de nuevo la misma fuerza de
empuje pero con el agravante de que las personas que empujan están cansadas.
Hay que seguir empujando para que no se pare ese avance, hay que sumar brazos
en el empuje. Está bien quejarnos pero, la fuerza no debe perderse en gritos
sino canalizarse en acciones.
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